Yulieski Gourriel buscará su sueño de jugar en la MLB
La idea de jugar con los mejores jugadores en las Grandes Ligas tendrá visos de cumplirse para uno de los mayores talentos que seguía en Cuba.
Llegó el bombazo que se esperaba desde hace meses, quizá años: Yulieski Gourriel, junto con su hermano pequeño Lourdes Gourriel Jr, abandonaron la selección cubana de béisbol que acababa de terminar su participación en la Serie del Caribe 2016 en República Dominicana. La noticia cayó como un jarro de agua fría en Cuba, una puñalada a su identidad nacional y, para muchos, la definitiva para una Serie Nacional (la liga cubana de béisbol) en Cuba moribunda desde hace años.
La fuga de Yulieski no es solo la fuga de un pelotero cualquiera en busca de un gran sueño deportivo y económico, es la fuga del mejor pelotero cubano de la isla. El referente deportivo del país y el fracaso de las negociaciones por la lentitud con que la Federación cubana está afrontando las charlas bilaterales con las Grandes Ligas para llegar a un acuerdo y generar un trasvase de peloteros sin ningún tipo de ilegalidad. La estrella más brillante de un deporte que es algo más que una religión para los cubanos.
La breve, pero durísima nota del Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, es decir, el diario Granma, acusa a los Gourriel de venderse a los mercaderes del béisbol rentado y profesional.
La vida de Yulieski está marcada por su apellido. Gourriel es un apellido que pesa mucho en Cuba. Su padre, Lourdes Gourriel, es uno de los mejores peloteros cubanos de la historia. Pese a ello, Yulieski siempre tuvo identidad propia y difícilmente alguien puede asociar sus éxitos deportivos a los de su apellido. El Fenómeno, como es apodado desde temprana edad, ya dio 7 jonrones con 17 años en la Serie Nacional. Algo ya de por sí extraordinario. Yulieski es el único cubano internacional por Cuba en todas las categorías. De hecho, ya era tercer bate con 19 años en la selección absoluta. Siendo siempre el más destacado pelotero incluso cuando jugaban actuales nombres de Grandes Ligas en la Serie Nacional.
Su primer gran momento internacional llegó en 2004, durante los JJ OO de Atenas. Con 20 años dio el hit clave en la 8ª entrada que empataba la semifinal con Canadá. Por aquel entonces ya pasaba de los 50 jonrones en la Serie Nacional. Confirmando su estelar proyección.
Yulieski Gourriel podría actuar tanto en segunda como en tercera base en las Grandes Ligas. /Donald Miralle (Getty Images)
Todo atleta tiene un gran punto negro en su carrera y el de Yulieski llegó en 2008, durante los JJ 00 de Pekín. Un suceso, un turno, que le persiguió y le etiquetó de por vida. En la final contra la República de Corea del Sur, los asiáticos ganaban 3-2 en la parte baja de la 9ª entrada. Cuba, con un out, logra llenar las bases cuando el siguiente bateador es Yulieski Gourriel. Con 24 años y una gran experiencia jugando al más alto nivel en Cuba, además de ya ser campeón olímpico en 2004, el espirituano tras mirar un par de strikes claros en la zona, bateó para doble play contra Chong Taehyoh.
Corea del Sur ganaba el oro y Cuba sintió una enorme decepción por la ocasión perdida. Ese turno siempre perseguirá a Yulieski, fue el principio de la etiqueta que difícilmente se quitaría: con Cuba, no es un pelotero “clutch”.
Tras más de 10 temporadas en el equipo de su provincia, Yulieski decide renunciar a Sancti Spiritus y jugar para Industriales. En Cuba, no hay equipo que genere tanto amor, como odio. Comparados eternamente con los Yankees, es el equipo más laureado del país. En Cuba, eres de tu equipo y vas contra Industriales. La declaración en televisión de Gourriel fue comentada durante meses. Yulieski cambiaba la casaca y sería azul. En la Serie Nacional, la identidad regional y provincial es casi religiosa. Cada provincia tiene su equipo representativo en Serie Nacional y, generalmente, se juega con peloteros nativos. La renuncia a tus orígenes es vista como alta traición. Además, el hecho de Yulieski de no mostrar casi ningún tipo de afecto a la tierra y gente espirituana se tomó como una enorme falta de respeto. Ganándose el odio por parte de mucha gente.
En Industriales, que casi siempre tiene la mejor nómina del país, le llegó la gloria deportiva. Su explosión mediática y acercamiento a dar un paso todavía más alto. Yulieski siempre tuvo en mente jugar en las Grandes Ligas. Todas sus entrevistas tenían un titular parecido: “Mi sueño es jugar en Grandes Ligas”. Pese a que Yulieski nunca compartió la deserción. Esa infinita fuga de tantos compañeros suyos en la selección nacional.
Yulieski, que seguramente siempre tuvo protección gubernamental por su alto status social, a diferencia de muchos de sus compañeros que previamente desertaron, siempre proclamó que su deseo de jugar en Estados Unidos debía hacerse por una vía legal. Con un acuerdo (parecido al que le permitió jugar en Japón) y un permiso de la Federación Cubana. Su protección, como muchos lo llaman, le permitió evitar multas de la Comisión Nacional cuando rompió bruscamente su contrato en Japón o cuando renunció a los Pan Am, faltando al llamado del equipo nacional en los Panamericanos de Toronto. La falta de compromiso y renuncia a una convocatoria nacional está considerado en Cuba como algo más que una traición. Muchos veían en esa renuncia un enfado por no incluir a su hermano Lourdes en el equipo nacional. Lourdes, paralelamente, jugaba un torneo en Países Bajos. Un desafío muy valiente, quizá no muy inteligente, contra la federación por parte de Yulieski. No solo pidió la liberación de la selección nacional, también la pidió de Industriales.
Su ya conocida renuncia a volver a Japón, renunciando a casi tres millones de dólares situó en mala posición a Yulieski de cara a la sociedad cubana. La gente le veía como un pelotero caprichoso y poco profesional.
El hermano pequeño de Yulieski, Lourdes Gourriel Jr., tendrá muchas ofertas de equipos de las Grandes Ligas. / Orlando Barría (EFE)
El abandono de un icono como Yulieski de una selección con la que estuvo ligado durante tantos años es triste y decepcionante para muchos. Es una relación de muchos años, con sus éxitos y sus fracasos, pero una combinación muy particular y muy identificativa. Verle marchar por la puerta de atrás entristece a más de un fanático. En Cuba se dice que se sintió engañado y cansado de esperar un acuerdo MLB-Federación Cubana. Al final, Yulieski ya tiene 31 años y no tiene mucho margen de espera.
Sin duda, Yulieski generará mucho interés en Grandes Ligas. Es un pelotero que prácticamente está capacitado para jugar ya en el más alto nivel. Meses atrás se rumoreó una reunión entre su padre y ejecutivos de un par de organizaciones de Grandes Ligas en Canadá. Yulieski es 3B, que también puede defender la 2B, como hizo muchas veces en Cuba y en la selección. Batea a la derecha. Su capacidad de batear en todas direcciones le permite cubrir de forma brillante al corredor. Aunque predomina sus líneas al jardín izquierdo. Swing violento, su principal característica es que es un bateador explosivo. Capacitado para dar jonrones en cualquier momento. Sus más de 250 jonrones en Cuba así lo acreditan. Excelente guante y un gran brazo por encima del promedio. Sus skills debería servirle para dar un buen rendimiento en las Grandes Ligas. Pese a que tiene buena capacidad de robo de bases, no es excesivamente agresivo corriendo las bases. Quizá, hablamos de su punto más débil como pelotero.
Con todo ello, los expertos económico-deportivos, valoran a Yulieski entre 80 y 100 millones de dólares. Hace pocos meses, Héctor Olivera firmó 6 años y 62 millones con LA Dodgers. Por tanto, es fácil intuir que Yulieski Gourriel pueda firmar algo más. Ya que está valorado por encima de Olivera.
No solo en el pack irá él, su hermano Lourdes Jr, un auténtico diamante en bruto, también firmará por una organización de Grandes Ligas. Para los ojeadores, incluso puede tener más proyección que el propio Yulieski. El clan Gourriel parece que por fin se mostrará en el más alto nivel. Algo que el béisbol internacional lleva esperando más de una década. Quitando las formas, algo de momento irremediable y que todos esperamos que pronto se solucione, el aliciente de ver a los Gourriel en las Grandes Ligas es algo absolutamente excitante.
ANDRÉS MARCHANTE ALCOLEA